El aumento de la ingesta de sal en la dieta puede promover el desarrollo de un grupo de células bastante agresivas, implicadas en la activación de enfermedades autoinmunes, es decir, patologías en las que el propio sistema inmune ataca los tejidos sanos en lugar de luchar contra los patógenos, y daña distintas partes del cuerpo en vez de protegerlo. Es la conclusión a la que han llegado tres investigaciones complementarias que publica esta semana la revista Nature.
Los grupos de investigación, liderados por expertos estadounidenses de la Universidad de Yale, la Universidad de Harvard y el Instituto Broad, se han centrado en el crecimiento de un tipo de célula inmune, llamada T helper 17 o Th17, debido a su labor en la limpieza de agentes biológicos nocivos y su implicación en la esclerosis múltiple, la psoriasis, la artritis reumatoide y la espondilitis anquilosante, entre otras.
Los autores concluyen que entre las presuntas causas del reciente aumento de las enfermedades autoinumnes se encontrarían los cambios en la dieta y en los hábitos de vida de los países enriquecidos, donde se consumen con frecuencia alimentos procesados y comida rápida con gran contenido de sal. No obstante, también advierten que es prematuro decir que no se debe tomar sal porque esto puede provocar una enfermedad autoinmune, ya que si bien se trata de una hipótesis interesante debe ser probada con estudios epidemiológicos en humanos.
En los experimentos realizados en cultivos celulares de ratón, los científicos observaron que el aumento del cloruro de sodio –la sal de mesa– puede conducir a una inducción drástica de las células Th17. "En presencia de concentraciones elevadas de sal este aumento puede ser diez veces mayor que en condiciones normales", explican Markus Kleinewietfeld y Dominik Müller, autores de uno de los trabajos. “Bajo las nuevas condiciones de alta salinidad, las células se someten a cambios que aumentan su agresividad”, puntualizan.
Con todo, Kleinewietfeld subraya que "el desarrollo de enfermedades autoinmunes es un proceso muy complejo que depende de muchos factores genéticos y ambientales". Por eso, solo los estudios en condiciones menos extremas pueden mostrar hasta qué punto el aumento del consumo de sal contribuye al desarrollo de enfermedades autoinmunes. Además, lo más probable es que la sal no sea el único motivo. “Sospechamos que causas ambientales, como infecciones, tabaco y falta de vitamina D o luz solar también desempeñan un papel importante; la sal puede ser un factor más relacionado con el desarrollo de la inmunidad”, señalan los científicos.
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